2018-11-24

2018-11-24

San Pablo, desde el paraíso, nos mira con ternura, puede decirse que vive con nosotros, en medio de nosotros; siente las palpitaciones del corazón, observa todos nuestros deseos, participa en las pequeñas batallas de nuestro corazón, nos vela en los peligros, nos conforta en las penas, nos obtiene del Señor infinitas gracias (APim, p. 109-110).