2020-02-03

2020-02-03

La pobreza, para expresarnos con una paradoja, es la mayor riqueza imaginable. Se conquista el sumo Bien que es Dios, el dueño de todo que es Dios, Dios riquísimo, infinitamente rico en sí mismo y dueño de todo el mundo. Por eso: «Te amo, sumo bien y eterna felicidad» (APD57, 312).