2020-08-11

2020-08-11

Somos padres, no hijos, y debemos proveer para nosotros y para los demás. No solo para nosotros mismos, pues a su tiempo otros nos proveyeron, y porque en el ejercicio de nuestra vocación podemos proveer para los demás; también para formar a los miembros se necesita proveer, y debemos hacerlo como lo hubiéramos hecho en nuestra familia (VCG, p. 201).