2020-09-16

2020-09-16

La primera bienaventuranza que enseñó Jesús es la pobreza: «Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de Dios». Si es el primer peldaño de la santidad, quien no lo sube, o lo baja, renuncia de hecho a la perfección (UPS I, 451).