2021-06-29

2021-06-29

La entrega hay que vivirla con un ritmo siempre progresivo: en la mente… en la voluntad… en el corazón… de modo que Jesús pase a ser de veras el centro de toda la vida y podamos repetir con san Pablo: «Vivo, pero no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí» (APD47, 56).