Apéndice p. 683

DEDICACIÓN DE LA IGLESIA DE SAN PABLO, EN ALBA

 

De los escritos del beato Santiago Alberione, presbítero

(Unione Cooperatori Apostolato Stampa, núm. 4, 1 de abril de 1925)

La iglesia de la buena prensa

Es la nueva gran iglesia que se erige en Alba en honor del apóstol San Pablo. Es la iglesia dedicada a San Pablo, modelo y patrono del apostolado y del apostolado de la buena prensa. La iglesia de Alba honra su carácter de apóstol y su patrocinio sobre la buena palabra escrita e impresa, como misión sagrada de la Iglesia.

Es la iglesia de la oración por la misión de la buena prensa con su campo amplísimo y cargado de obras. En el altar principal se expondrá durante todas las horas del día el Divino Maestro eucarístico, y un instituto religioso de Hermanas dedicadas a ello harán adoración perpetua e ininterrumpida por todas las necesidades de la prensa católica.

¡Oh, cuánta necesidad de escritores católicos, cuánta necesidad de la prensa católica! Hay que leer en las cartas de san Pablo los ruegos y las humildes e incesantes invocaciones del Apóstol para que los hermanos orasen y orasen. Es, por tanto, el templo de los periodistas católicos, que necesitan luz, constancia, asistencia y ayuda.

Es la iglesia de los misioneros de la buena prensa: la iglesia está unida a las casas y las casas están unidas a la iglesia: Lo mismo que en las parroquias, junto a la Iglesia hay salas para la catequesis, junto a la iglesia de San Pablo, incorporadas a ella formando con ella un solo templo, están las casas para los hijos e hijas de san Pablo. El plano lo reproduce: las casas son como los coros de la iglesia; y en ella se forman, se educan, se preparan los misioneros de la buena prensa, y en ella los pequeños misioneros escriben y trabajan por la difusión del reino de Dios. El Divino Maestro difunde en la Iglesia sus rayos que son el camino, que son la verdad, que son la vida; y estos rayos en casa, por el corazón, por el ánimo y por la boca de los superiores, forman a los apóstoles de la prensa, y por la pluma, los tipos y las máquinas de la casa iluminan a las almas, las dirigen y las vivifican. Y de aquí partirán para los países de misión los misioneros de la buena prensa.

San Pablo, nuestro padre, nuestro modelo, nuestro patrono, nuestro abogado, nos tendrá a todos en su iglesia, cada mañana, cada día a su alrededor, y nos comunicará el espíritu del Divino Maestro, pues el corazón de san Pablo es el corazón de Jesús.

Es la iglesia de los cooperadores de la buena prensa: el centro de su devoción, la fuente de la gracia para ellos.

¡Qué gracia les ha concedido a los cooperadores el Padre Celestial! San Pablo les ha inscrito en el libro de la vida… de san Pablo recibirán las gracias, de la iglesia de san Pablo partirán sus favores, porque entre las gracias que Dios les ha concedido está esta preciosísima de haberles dado como intercesor a san Pablo.

¡Oh, iglesia bendita, deseo de los corazones y suspiro de las almas! Nosotros que la vemos proyectar, y la vemos excavar, y la vemos edificar, exclamemos con el profeta: ¡Qué amable es tu casa, Señor! y en este terreno bendito toda la vida se conmueve y se estremece y se desvanece. ¡Ojalá pudiéramos empapar esa cal con nuestras lágrimas y con nuestra sangre! ¡Ojalá pudiéramos edificar las paredes y los altares con miembros vivos y corazones palpitantes!

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