Misal

ANTÍFONA DE ENTRADA
Sal 77,1

Escucha, pueblo mío, mi enseñanza; inclina el oído a las palabras de mi boca.

Se dice Gloria.

 

ORACIÓN COLECTA

Oh Dios, Padre de la luz,
que en la plenitud de los tiempos
has hablado a los hombres por tu Hijo amado,
concede a quienes lo confesamos Señor y Maestro
ser fieles discípulos suyos,
y anunciarlo al mundo
como camino, verdad y vida.
Él que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.

 

PRIMERA LECTURA (Ciclo A)
Is 50, 4-7

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado

Lectura del libro de Isaías

Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado,
para saber decir al abatido
una palabra de aliento.
Cada mañana me espabila el oído,
para que escuche como los iniciados.
El Señor me abrió el oído;
y yo no resistí ni me eché atrás:
ofrecí la espalda a los que me apaleaban,
las mejillas a los que mesaban mi barba;
no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos.
El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

Palabra de Dios.

 

PRIMERA LECTURA (Ciclos B y C)
Dt 18.15-19

Suscitaré un profeta de entre tus hermanos, y pondré mis palabras en su boca. A él lo escucharéis

 

Lectura del libro del Deuteronomio

Moisés habló al pueblo, diciendo:
—«Un profeta, de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios. A él lo escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea: “No quiero volver a escuchar la voz del Señor, mi Dios, ni quiero ver más ese terrible incendio; no quiero morir.”
El Señor me respondió: “Tienen razón; suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas.”»

Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL
Sal 24, 4-5.10.12-15

R/. Señor enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas.

Haz que camine con lealtad,
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos. R/.

¿Hay alguien que tema al Señor?
Él le enseñará el camino escogido:
su alma vivirá feliz,
su descendencia poseerá la tierra.  R/.

El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza.
Tengo los ojos puestos en el Señor,
porque él saca mis pies de la red. R/.

 

SEGUNDA LECTURA (Ciclos A y B)
2Pd 1,16-19

Esta voz del cielo, la oímos nosotros

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro

Queridos hermanos:
Cuando os dimos a conocer el poder y la última venida de nuestro Señor Jesucristo, no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza.
Él recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando la Sublime Gloria le trajo aquella voz: «Éste es mi Hijo amado, mi predilecto.» Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con él en la montaña sagrada.
Esto nos confirma la palabra de los profetas, y hacéis muy bien en prestarle atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día, y el lucero nazca en vuestros corazones.

Palabra de Dios.

 

SEGUNDA LECTURA (Ciclo C)
Hb 1, 1-6

Dios nos ha hablado por el Hijo

Lectura de la carta a los Hebreos

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas.
Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo.
Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado.
Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado», o: «Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo»?
Y en otro pasaje, el introducir en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos los ángeles de Dios.»

Palabra de Dios.

 

ALELUYA
Jn 14,6

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida
—dice el Señor—; nadie va al Padre, sino por mí.

 

EVANGELiO (Ciclo A)
Jv 13, 1-17

Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis

+ Lectura del santo evangelio según san Juan

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo:
—«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?» Jesús le replicó:
—«Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.» Pedro le dijo:
—«No me lavarás los pies jamás.»
Jesús le contestó:
—«Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón Pedro le dijo:
—«Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo:
—«Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.»
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
—«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis. Os aseguro: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica.»

Palabra del Señor.

 

 o bien:

 

EVANGELIO (Ciclo B)
Mt 23,1-10

Uno solo es vuestro Padre, el del cielo; uno solo es vuestro Maestro, Cristo

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo:
—«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen.
Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo.»

Palabra del Señor.

 

o bien:

EVANGELIO (Ciclo C)
Jn 14, 1-14

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.
Quién me ha visto a mí ha visto al Padre

+ Lectura del santo evangelio según san Juan

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—«Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»
Tomás le dice:
—«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde:
—«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.» Felipe le dice:
—«Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Jesús le replica:
—«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.»

Palabra del Señor.

 

Se dice Credo.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, estos dones que te presentamos con gozo,
y por estos sacramentos que ahora celebramos
haz de nosotros una ofrenda pura para alabanza de tu gloria.
Por Jesucristo nuestro Señor.

 

PREFACIO

Cristo Maestro único y universal

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
glorificarte, Padre santo, Dios de misericordia infinita,
que, desde toda la eternidad,
ofreces a los hombres tu vida inmortal.
Tú creaste el mundo y con amor infinito lo conservas.

Como Padre bueno, velas por tus criaturas
y reúnes en una sola familia a todos los hombres
creados para gloria de tu nombre,
redimidos por la cruz de tu Hijo
y señalados con el sello de tu Espíritu.

Te damos gracias por Jesucristo,
a quien nos diste como Maestro único y universal.
Él es tu Palabra viviente,
el camino seguro que nos conduce hacia ti,
la verdad eterna que nos hace libres,
y la vida sin fin que nos colma de alegría.

Por este don de tu benevolencia,
unidos a los ángeles y a los santos,
te entonamos nuestro canto y proclamamos tu alabanza:

Santo, Santo, Santo…

 

ANTÍFONA DE COMUNIÓN
Mt 17, 5c

Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.

 

o bien:
Jn 13,15

Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Concede, Señor,
a quienes has alimentado
con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
perseverar fielmente en la escuela de su Evangelio
para compartir la plenitud de su vida divina.
Por Jesucristo nuestro Señor.
.

 

Disponibile in: Italiano Français English 한국어