30 de junio – SAN PABLO APÓSTOL

30 de junio

SAN PABLO APÓSTOL

Patrono de la Familia Paulina
Titular de la Sociedad San Pablo
Titular de la Pia Sociedad Hijas de San Pablo

SOLEMNIDAD

 

«Para mí vivir es Cristo»

En el opúsculo Amarás al Señor con toda tu mente, publicado por entregas en «San Paolo» desde octubre de 1954 hasta mayo de 1955, el padre Alberione explica así la elección de Pablo: «La Familia Paulina se propone representar y vivir a san Pablo, hoy, pensando, trabajando, orando y santificándose como lo haría san Pablo si viviese hoy. Él vivió los dos preceptos: el del amor a Dios y el del amor al prójimo de modo tan perfecto que podía mostrar en sí a Cristo mismo… Él formó la Sociedad de San Pablo, de la que es fundador. No fue la Sociedad de San Pablo la que lo eligió a él, sino que él nos eligió a nosotros» (CISP 1152).

Con ocasión del 40 aniversario de la fundación («San Paolo», julio-agosto de 1954) escribe: «El agradecimiento más cordial se dirige a san Pablo apóstol, que es el verdadero fundador de la institución. Efectivamente él es su padre, maestro, modelo y protector. Él se ha formado esta Familia con una intervención tan física y espiritual que ni siquiera ahora, pensándolo bien, se puede comprender y mucho menos explicar» (CISP 147).

Estas frases ponen en evidencia la importancia que para la Familia Paulina tiene la celebración de esta solemnidad. El fin de toda celebración es ayudarnos y convencernos a trasladar a la vida lo que la solemnidad reclama a nuestro espíritu.

El valor fundamental que esta solemnidad nos exige es el

«espíritu paulino», que es el alma de todo lo que somos y hacemos. Así lo describe el padre Alberione: «El espíritu de un Instituto se define como una forma característica y permanente de ver, sentir y querer, hasta llegar a reproducirlo en la vida. El nuestro se reduce fundamentalmente a esto: vivir integralmente el Evangelio de Jesucristo, camino, verdad y vida, como lo interpretó y vivió san Pablo, bajo la mirada de María, madre, maestra y reina» (UPS I, 51).

Pero ¿por qué precisamente san Pablo? «Se requería un santo que sobresaliera por su santidad y fuera al mismo tiempo ejemplo de apostolado. San Pablo unió santidad y apostolado» (Pr SP 302).

¿Cuál es el secreto de esta grandeza? «Todo el secreto de la grandeza de san Pablo estriba en la vida interior. Podemos decir que él venció desde dentro: desde su gran espíritu de pobreza, desde el estudio, desde la ciencia profundísima, desde el amor a Jesucristo, y desde el espíritu de abnegación» (Pr SP 302).

Por eso la celebración de la solemnidad de san Pablo «tiene tres fines:

* hacernos conocer, retener y creer las grandes enseñanzas del Apóstol, doctor de las gentes;

* conducirnos a la imitación de sus grandes virtudes, especialmente el amor a Dios, el amor a Jesucristo y el celo por las almas: vivir de Jesucristo;

* inspirarnos confianza y devoción hacia nuestro protector y padre, que se nos ha dado por especial providencia del Señor» (CISP 41-42).

Toda la liturgia de la solemnidad es propia.

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