A MARÍA, REINA DE LOS APÓSTOLES

p. 227

La primera devoción que se da en la Iglesia es la devoción a la Reina de los Apóstoles, como se manifiesta en el cenáculo. Esta devoción se debilitó y oscureció luego en el transcurso de los siglos. Volvamos a las fuentes. Allí encontramos a María, Reina de los Apóstoles. Si al principio de la Iglesia fue así, nada hay más seguro que acercarnos a la antigua fe. El agua es más pura cuando se toma en la fuente (HN VIII, 80).

María fue la discípula inteligente y apasionada que acogió el mensaje divino de Cristo y lo tradujo en la vida cotidiana con un empeño único entre los hombres. Fue intérprete fiel y diligente de la enseñanza de Jesús, aun en los aspectos más elevados y sublimes del evangelio, que ella saboreó y asimiló plenamente en su mente y en su corazón…v

María es Reina de los Apóstoles por tres motivos: Ella posee y cumple todo lo que han realizado y realizarán todos los apóstoles juntos; y además lleva a cabo un apostolado que supera a todos los apostolados juntos. Más aún, posee y cumple el oficio de formar, guiar, sostener y hacer fructificar todos los apostolados (RdA, 1948, 15).

La Reina de los Apóstoles. De ella se ha de creer: que fue la madre del Apóstol del Padre, la Palabra divina; que se convirtió en madre y maestra de todo

p. 229

apostolado en el nacimiento de Jesús, su cabeza; que así fue proclamada desde la cruz; que así se mostró con los apóstoles, especialmente en Pentecostés; que fue siempre inspiradora, protectora de todo apostolado de la palabra y de la pluma, y formadora de los apóstoles de todo tiempo y lugar (DF p. 149).

p. 230