Pueblo santo y elegido

Caminamos hacia ti,
oh ciudad de nuestro Dios,
construyendo en este mundo
la verdad y el amor.

Pueblo santo y elegido,
congregado en el amor,

p. 363

vas buscando peregrino
la ciudad de nuestro Dios.

Avanzamos peregrinos,
con Jesús, nuestra esperanza.
Él nos salva, él nos guía
con la luz de su palabra.

Quien tiene hambre de justicia,
quien anhela la verdad,
en la mesa del Señor
su palabra encontrará.

Reunidos en la Iglesia,
proclamamos su verdad:
Jesucristo es el que salva
dando al mundo su amistad.

Los caminos de este mundo
son caminos sin final:
solo Cristo es el sendero
que conduce a la verdad.

Cuando llegue el momento
de nuestra hora final,
Jesucristo, nuestra vida,
nos dará su eternidad.

p. 364