I

La Santísima Trinidad se reúne en consejo, de donde emana el decreto: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» (Gén 1,26). La Virgen María aparece en la mente de Dios como la obra maestra de la creación, el principio y el fin de todo lo creado.

Señor mío, soy enteramente
obra de tu amor todopoderoso.
Te adoro, Dios mío, uno en la naturaleza

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y trino en las personas.
Te doy gracias porque me has creado
para la felicidad que está en ti
y para participar de tu eterna gloria.
Sálvame por la poderosa intercesión
de María.

Gloria a Dios en el cielo
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Jesús Maestro, camino, verdad y vida,
ten piedad de nosotros.
María, Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros.
Santos Pedro y Pablo, fortaleced a la Iglesia.

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