DÉCIMA ESTACIÓN

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Porque con tu cruz has redimido al mundo.

Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota, «le dieron a beber vino mezclado con hiel… y se repartieron su ropa echándola a suertes» (Mt 27,33-35). Esto es lo que costaron a Jesús los pecados de ambición y de gula.

Señor, concédeme la gracia
de liberarme progresivamente
de toda vanidad y satisfacción mundana,
y haz que te busque únicamente a ti,
eterna felicidad.

Ten piedad de nosotros, Señor.
Ten piedad de nosotros.

Haz, santa Madre de Dios,
que las llagas del Señor
se impriman en mi corazón.

Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí.

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