XXIX

Al final de los tiempos todos resucitarán, cada uno según su destino. Entonces se realizará la separación definitiva.

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Aparecerá el Juez; todo se hará manifiesto, y se oirá la sentencia final: «Venid vosotros, benditos de mi Padre, heredad el reino de mi Padre», «Apartaos de mí, malditos; id al fuego eterno». Los justos irán a la vida; los malos al castigo eterno. Epílogo de la historia humana, día del Señor, de verdad y de justicia (cf Mt 25,31-46).

Medito, Maestro divino,
tus palabras eternas.
La misericordia y la fidelidad de Dios
serán glorificadas;
será exaltada la redención
y reconocidos los merecimientos
de los elegidos;
los malos quedarán confundidos.
Considero los deberes sociales:
«Cada vez que lo hicisteis
con uno de estos mis humildes hermanos,
conmigo lo hicisteis».

Gloria a Dios…
Jesús Maestro…
María, Reina…
Santos Pedro y Pablo…

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