A Jesús buen Pastor

  1. Te adoramos, Jesús,
    Pastor eterno de la humanidad.
    Tú estás presente en la eucaristía
    para poder permanecer continuamente
    en medio de tu rebaño.
    Tú lo alimentas, lo guardas
    y lo conduces al redil del cielo.
    No vivimos solo de pan,
    sino de tu enseñanza de verdad y de amor.
    Tus ovejas escuchan tu voz
    y la siguen con amor.
    Compadécete de cuantos andan
    como ovejas sin pastor
    en las tinieblas del error y la ignorancia.
    Atráelos a tu verdad.
    Que aumente el número de evangelizadores,
    catequistas
    y apóstoles de la comunicación social.
    Danos la gracia de escuchar
    y amar tu Palabra para que produzca fruto en
    nuestros corazones.
    Habla, Señor, que tu siervo te escucha.

Jesús, buen Pastor, camino, verdad y vida,
ten piedad de nosotros.

  1. Te damos gracias, Jesús buen Pastor,
    que has bajado del cielo
p. 132

en busca de la humanidad,
para devolverla al camino de la salvación.
En ti se cumple la promesa:
«Suscitaré en medio de las ovejas dispersas
un pastor que las reúna y apaciente».
El pastor camina delante del rebaño
y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
Nos has dado tus mandamientos,
tus consejos y el testimonio de tu vida.
Quien los acoge, se nutre
con un alimento que no perece:
«Mi alimento es hacer la voluntad
del Padre que me envió».
Ten misericordia de cuantos se nutren
de mentira y vanidad.
Llama a los pecadores
para que retornen a tu camino.
Sostén a los vacilantes,
robustece a los débiles. Que todos te sigan,
pastor y guardián de nuestras vidas.
Tú solo eres el camino,
tú tienes palabras de vida eterna.
Te seguiré adonde vayas.

Jesús, buen Pastor…

  1. Bendito seas, Jesús,
    muerto por nosotros en la cruz.
    El inocente ha muerto
    para devolver la vida a las ovejas culpables:
p. 133

«He venido para que tengan vida
y la tengan abundante».
Nos has dado tu vida en el bautismo,
en la confirmación, en la reconciliación
y en la eucaristía.
Vive con tu Espíritu en todos los hombres.
Llama de nuevo a tu redil
a cuantos se han separado de ti,
como el sarmiento arrancado de la vid.
Te pedimos por la Iglesia,
rescatada con tu sangre:
que se extienda por todo el mundo
y sea para todos signo de unidad y salvación.
Queremos amarte con toda la mente,
con todas las fuerzas y con todo el corazón,
y, por tu amor,
gastarnos totalmente por tu pueblo.

Jesús, buen Pastor…

  1. Jesús, te honramos como Pastor supremo.
    Tú vives en el Papa,
    en los obispos y en los sacerdotes.
    Tú les has dicho: «Quien a vosotros escucha
    a mí me escucha.
    Como el Padre me ha enviado,
    así os envío yo. Id al mundo entero».
    Buen Pastor, la mies sigue siendo mucha
    y los trabajadores pocos.
    Danos sacerdotes santos
p. 134

que amen a tu pueblo como lo amas tú.
Bendice sus desvelos.
Y a nosotras danos la gracia
de cooperar a su misión
y estar entre tus ovejas el día del juicio,
cuando vuelvas como Pastor.

Jesús, buen Pastor…

  1. Danos tu mismo corazón,
    Jesús buen Pastor,
    que has traído del cielo el fuego de tu amor.
    Que arda en nosotras el deseo
    de la gloria de Dios
    y un intenso amor a los hermanos.
    Haznos partícipes de tu misión.
    Vive en nosotras para que te irradiemos
    con la palabra, el sufrimiento,
    la acción pastoral
    y el ejemplo de una vida santa.
    Nos ofrecemos a ti
    como ovejas dóciles y fieles
    para llegar a ser dignas de cooperar
    a la misión pastoral de la Iglesia.
    Dispón las mentes y los corazones de todos
    para que acojan tu gracia.
    Ven, Pastor divino, condúcenos,
    y que haya pronto
    un solo rebaño y un solo Pastor.

Jesús, buen Pastor…

p. 135