Para pasar bien la jornada

Querida y tierna madre, María,
ayúdame,
protege mi inteligencia,
mi corazón y mis sentidos,
para que no cometa pecado alguno.
Santifica mis pensamientos,
afectos, palabras y obras,
para que te agrade a ti
y a Jesús, mi Dios,
y alcance así la salvación.
Jesús y María,
dadme vuestra bendición:
en el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo. Amén.

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