Yo soy el buen Pastor (Jn 10,1-18)

«Os aseguro
que el que no entra por la puerta
en el aprisco de las ovejas,
sino que salta por otra parte,
ese es ladrón y bandido;
pero el que entra por la puerta
es pastor de las ovejas.
A este le abre el guarda
y las ovejas atienden a su voz,
y él va llamando por el nombre a sus ovejas
y las saca fuera.
Cuando ha sacado todas las suyas
camina delante de ellas,
y las ovejas lo siguen,
porque conocen su voz:
a un extraño no lo seguirán,
sino que huirán de él,
porque no conocen la voz de los extraños».
Jesús les puso esta comparación,
pero ellos no entendieron de qué les hablaba.
Por eso añadió Jesús:

«Os aseguro
que yo soy la puerta de las ovejas.
Todos los que han venido antes de mí
son ladrones y bandidos;
pero las ovejas no los escucharon.

p. 81

Yo soy la puerta: quien entre por mí
se salvará y podrá entrar y salir,
y encontrará pastos.
El ladrón no entra sino para robar y matar
y hacer estrago;
yo he venido para que tengan vida
y la tengan abundante.
Yo soy el buen Pastor,
que conozco a las mías
y las mías me conocen,
igual que el Padre me conoce
y yo conozco al Padre;
yo doy mi vida por las ovejas.

Tengo, además, otras ovejas
que no son de este redil;
también a esas las tengo que traer,
y escucharán mi voz
y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.
Por eso me ama el Padre:
porque yo entrego mi vida
para poder recuperarla.
Nadie me la quita,
sino que yo la entrego libremente.
Tengo poder para quitarla
y tengo poder para recuperarla.
Este mandato he recibido del Padre».

p. 82