Dios mío, te amo de todo corazón
y sobre todas las cosas,
porque eres bondad infinita
y nuestra eterna felicidad;
y por amor tuyo
amo a mi prójimo como a mí mismo
y perdono las ofensas recibidas.
Señor, haz que te ame cada día más.
Dios mío,
me pesa y me arrepiento de todo corazón
de mis pecados,
porque al pecar he merecido el castigo;
y más aún porque te he ofendido a ti,
infinitamente bueno
y digno de ser amado sobre todas las cosas.
Con tu ayuda,
propongo no ofenderte más
y huir de las ocasiones de pecado.
Señor, misericordia, perdóname.