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Consagración de la familia a MaríaVai alla preghiera
Ven, María, entra y habita en esta casa
que nosotros te ofrecemos
y consagramos a ti. Sé bienvenida:
te recibimos con alegría de hijos.
Somos sumamente indignos;
pero tú eres tan bondadosa
que gustosamente pones tu morada
con tus hijos más indigentes.
Te acogemos con el mismo afecto
con que Juan te recibió en su casa
después de la muerte de Jesús.
Distribuye entre cada uno de nosotros
las gracias espirituales que necesitamos,
como las llevaste a casa de Zacarías.
Danos las gracias materiales,
como obtuviste el cambio del agua en vino
a los esposos de Caná.
Manténnos lejos del pecado.
Sé instrumento de luz, gozo y santificación
como lo fuiste en la familia de Nazaret.
Sé para nosotros madre, maestra y reina.
Aumenta en nosotros la fe,
la esperanza, el amor.
Infúndenos el espíritu de oración.
Que Jesús, camino, verdad y vida,
habite siempre en esta casa.
Suscita vocaciones
entre nuestros seres queridos.
Que todos los miembros de esta familia
nos reunamos en el cielo.
A María, Virgen de la anunciaciónVai alla preghiera
María, que todas las generaciones
te proclamen dichosa.
Tú creíste al anuncio del arcángel Gabriel
y en ti se realizaron las maravillas
que él te había anunciado.
Te alabo con todo mi ser.
Creíste en la encarnación del Hijo de Dios
en tu seno virginal,
y llegaste a ser la madre de Dios.
Amaneció entonces el día más dichoso
de la historia humana.
Por ti recibieron los hombres
al Maestro divino, único y eterno sacerdote,
víctima de propiciación, rey universal.
María, sabemos que la fe
es don de Dios y raíz de todo bien.
Concédenos una fe viva, firme y activa:
la fe que salva y santifica;
fe en el evangelio, en la Iglesia
y en la vida eterna.
Ayúdanos a meditar las palabras de tu Hijo
como tú las meditabas y conservabas
fielmente en tu corazón.
Te pedimos que el evangelio
llegue a todos los hombres,
que todos lo acojan con docilidad,
que todos sean hijos de Dios en Jesucristo.
Amén.