Menu

pagina: 263

Por las técnicas audiovisualesVai alla preghiera

Jesús Maestro, te alabamos y te bendecimos
por haber iluminado

p. 261

la mente de los hombres
en el descubrimiento
de las nuevas técnicas audiovisuales.
Su destino es la evangelización,
la cultura, el progreso espiritual y material
de los hombres y de la sociedad.
Tú los has creado para nosotros
como a nosotros para ti.
Que también estos maravillosos inventos
canten tu gloria de creador y salvador.
No nos dejes caer en la tentación, Señor,
y líbranos del peligro
de abusar de estos dones
que nos has brindado con sabiduría y amor.
Guía a los responsables de estas técnicas
para que actúen con amor y respeto
a la inocencia y a la dignidad humana;
para que siembren
la buena semilla sin cansarse
y vigilen para que el enemigo
no sobresiembre la cizaña.
Ilumina a todos los oyentes y espectadores
para que busquen las fuentes del agua viva
y rehúyan las aguas corrompidas.
Como reparación por todos los abusos,
te ofrecemos,
junto con nuestro trabajo cotidiano,
todas las eucaristías que hoy
se celebran en el mundo.

p. 262

Nos comprometemos a usar
las técnicas audiovisuales
para nuestra santificación
y para el apostolado.
Jesús Maestro,
que, por intercesión de María,
Reina de los Apóstoles,
y de san Pablo apóstol,
todos te conozcan, a través de estos medios,
como el Padre te ha enviado:
camino, verdad y vida de la humanidad.

p. 263

Por la radio y la televisiónVai alla preghiera

Te adoramos, Señor,
creador del cielo y de la tierra,
y te damos gracias
porque has puesto en manos del hombre
tanta abundancia de dones
para esta vida y para la vida eterna.
«Todo es vuestro, vosotros de Cristo
y Cristo de Dios» (1Cor 3,23).
Jesús Maestro, ilumínanos
y guíanos, por tu misericordia,
a fin de que todos los descubrimientos
y los instrumentos de la comunicación social
se usen para el progreso
y la promoción del hombre,

p. 263

y nunca para su degradación
espiritual o humana.
Te pedimos por la radio y la televisión.
Jesús Maestro, te ofrecemos nuestra oración
y nuestro trabajo de cada día
como reparación por todos los abusos,
y para que todo sirva a gloria de Dios
y paz de los hombres.

p. 264