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XXVVai alla preghiera
La Iglesia, por institución, es una, como uno es Jesucristo y uno Pedro. En ella hay unidad de fe, de gobierno y de amor, a pesar de la diversidad de pueblos y culturas. Es católica, apostólica y romana: estas son sus características peculiares. Todos los hombres están llamados a pertenecer a la Iglesia (cf Ef 1,22; 5,23; He 8,1; 11,22; Gál 6,10; 1Tes 5,15; 1Cor 1,10).
Te doy gracias, Maestro divino,
por la institución de la Iglesia,
madre de los creyentes.
La has adquirido con tu sangre
y has querido que sea santa,
gloriosa e inmaculada.
Siguiendo tu ejemplo,
yo creo, amo, coopero y sufro
por su expansión.
Que vuelvan a ella los hijos alejados
y entren en ella los que aún no creen.
Quiero ser hijo digno de esta madre,
para ser digno hijo de Dios.
Gloria a Dios…
Jesús Maestro…
María, Reina…
Santos Pedro y Pablo…
XXVIVai alla preghiera
Dios da al hombre su ley, le propone las verdades y leexige un culto espiritual; pero lo deja libre. Al concluir la prueba de la vida, llama a cada uno al juicio: Jesucristo proyectará sobre el alma una luz a través de la cual ella verá todas sus acciones y omisiones. Tres pueden ser las sentencias, según haya sido la vida: salvación, purificación o perdición (cf Gén 2,3; Dt 11,26; 30,15-19; Jer 21,8; Rom 6,22; 14,18).
Te doy gracias, Dios mío,
Padre, que me has creado para ti.
¡He salido de tus manos creadoras!
Volveré a tus manos de Juez y de Padre.
La eternidad depende de mí;
quien quiere se salva.
Así lo creo.
Pero necesito de tu gracia: mucha luz,
mucha fortaleza. Yo espero en ti.
Gloria a Dios…
Jesús Maestro…
María, Reina…
Santos Pedro y Pablo…