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María, Reina de los ApóstolesVai alla preghiera

Estaban reunidos con María
la madre de Jesús,
la madre de la Iglesia que nacía
brotando de la cruz,
y descendió el Espíritu aquel día
con su fuerza, con su luz.

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Reina de los Apóstoles,
unánimes contigo
clamamos con fervor:
ven, Espíritu Santo,
e infúndenos tu amor,
e infúndenos tu amor.

Por obra del Espíritu engendraste
a Cristo salvador,
y, fuerte en el Espíritu, ayudaste
a Cristo redentor;
a la naciente Iglesia la abrigaste
con ternura, con amor.

La Iglesia, con María, peregrina,
velando en oración,
al soplo del Espíritu camina
haciendo comunión.
Él es la fuerza y juventud divina
que mueve su corazón.

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Reina de los ApóstolesVai alla preghiera

Reina de los Apóstoles,
madre de Dios:
forma tú nuestra mente y voluntad
y nuestro corazón.

Cuando se fue Jesús, tú te quedaste
al frente de la fe y de la oración,
alentando la unión de los discípulos
y esperando al Espíritu, que es vida y es amor.

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Siempre estuviste, madre, con Cristo
y fuiste así quien más le conoció.
Eres hoy para todos la puerta abierta
que conduce hasta Cristo, camino y salvación.

Fuiste, María, el primer apóstol,
que al mundo le hizo entrega del Señor.
Le enseñaste a entregarse siempre a todos,
y de él aprendiste lo inmenso de su amor.

Sigues, oh madre, hoy viva en la Iglesia,
pendiente de quien va firme al timón,
esperando, puntual, con los que esperan
la llegada gozosa de Cristo redentor.

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