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Oración sacerdotalVai alla preghiera
A esto se reduce mi doctrina,
este es todo el resumen de mi ley:
que os améis los unos a los otros
igual que yo os amé (bis).
Yo te pido por ellos, no pido por el mundo.
Yo les di tu doctrina y el mundo les odió.
Guárdalos en tu nombre, que todos
sean uno,
para que sepa el mundo quién fue
el que me envió.
He guardado en tu nombre a estos
que me has dado.
No son ellos del mundo, igual que yo no soy.
Santos cual tu verdad, hoy hazlos
en tu nombre.
Como tú me enviaste, los envío así yo.
Si te pido por ellos, también pido por todos
los que, por su palabra, un día creerán:
que todos sean uno igual que tú y yo somos;
que el amor que me diste
sea en ellos realidad.
Si me falta el amorVai alla preghiera
Aunque yo dominara las lenguas arcanas
y el lenguaje del cielo supiera expresar,
solamente sería una hueca campana,
si me falta el amor.
Si me falta el amor, no me sirve de nada,
si me falta el amor, nada soy (bis).
Aunque todos mis bienes legase a los pobres
y mi cuerpo en el fuego quisiera inmolar,
todo aquello sería una inútil hazaña,
si me falta el amor.
Aunque yo desvelase los grandes misterios
y mi fe las montañas pudiera mover,
no tendría valor, ni me sirve de nada,
si me falta el amor.