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Oración a María por las vocacionesVai alla preghiera

María, madre, maestra
y Reina de los Apóstoles,
haz que aumente el número
de vocaciones sacerdotales
y llena la tierra de institutos
y comunidades religiosas,
que sean en el mundo hogares de luz y calor,
salvación en las tempestades,
focos de auténtica espiritualidad
y propiciación por los pecados del mundo.
Las vocaciones sacerdotales y consagradas
gozan de tu predilección y de la de Jesús;
son el jardín de la Iglesia,
el consuelo de tu corazón,
y cantan la gloria de tu nombre.

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Con la entrega, la oración,
la acción apostólica y las obras de caridad,
son sal de la tierra, ayuda de los necesitados,
guía de los que te siguen,
fuerza de los que luchan,
confidentes fieles de Cristo eucarístico
y de tu corazón.
Concede a todos los llamados
la constancia y fidelidad a sus compromisos
y al progreso cotidiano.
Madre de los sacerdotes,
reina de los consagrados,
concédenos ser un día
tu gozo y tu corona en el cielo.

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A la Reina de los ApóstolesVai alla preghiera

Te doy gracias, Jesús misericordioso,
por habernos dado por madre a María;
y te doy gracias a ti, María,
por haber dado a la humanidad
al Maestro divino, Jesucristo,
camino, verdad y vida;
y por habernos aceptado a todos como hijos
en el Calvario.
Tu misión está unida a la de Jesús,
que «ha venido a buscar y a salvar
lo que estaba perdido» (Lc 19,10).

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Por eso, yo, agobiado por mis pecados,
ofensas y negligencias, me refugio en ti,
madre, como esperanza suprema.
Vuelve a mí tus ojos misericordiosos;
tus cuidados más maternales
sean para este hijo enfermo.
Todo lo espero por tu intercesión:
perdón, conversión y santidad.
Forma entre tus hijos una nueva clase:
la de los más infelices,
en los que abundó el pecado
donde había abundado la gracia.
Será la clase que más te conmoverá.
Y recíbeme en ella.
Realiza el gran milagro
de transformar a un pecador en apóstol.
Será un motivo de gloria para tu Hijo Jesús
y para ti, madre suya y mía.
Todo lo espero de tu corazón, madre,
maestra y Reina de los apóstoles. Amén.

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