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IIVai alla preghiera
Adán y Eva reciben la existencia, y son colocados en el paraíso terrenal, elevados al orden sobrenatural y avorecidos con extraordinarios dones; mantienen familiares diálogos con Dios, a la espera de ser admitidos a la felicidad eterna (cf Gén 1,4.25).
¡Bendita seas, bondad infinita de Dios!
Además de la vida natural,
has infundido en el hombre
la vida sobrenatural de la gracia.
Lo has adoptado como hijo,
llamándolo a compartir tu misma felicidad;
lo has colmado
de un amor libre y espontáneo.
Ilumíname para que sea capaz de conocer
el gran tesoro de tu gracia.
Gloria a Dios…
Jesús Maestro…
María, Reina…
Santos Pedro y Pablo…
IIIVai alla preghiera
Adán y Eva, tentados por la serpiente, caen en el pecado, pierden la vida del espíritu y se ven privados de sus prerrogativas y dones celestiales. Dios, misericordioso, anuncia que una Mujer herirá en la cabeza a la serpiente, por medio de su Hijo, reparador y redentor (cf Gén 3,1-24).
¡Bendita sea la misericordia
del Padre celestial!
¡Bendito el Hijo de Dios, que se ofrece
para reparar el pecado del hombre!
¡Bendito el Espíritu Santo, que, en María,
inaugura la nueva generación
de los hijos de Dios!
¡Bendita la nueva Eva,
esperanza de la humanidad!
Gloria a Dios…
Jesús Maestro…
María, Reina…
Santos Pedro y Pablo…