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IVVai alla preghiera
La humanidad se multiplica. Dios dispone los tiempos y prepara a los hombres para recibir al redentor, su propio Hijo. Elige a Abrahán, por su fe, como cabeza de un pueblo del que nacerá el fruto bendito de María, el salvador del mundo (cf Gén 12,1-9; 22,1-19).
Te adoro y te doy gracias, Dios mío,
por tu amable y sabia providencia.
En medio de las tinieblas del error,
enciendes la luz de tu verdad;
en la corrupción universal, tú eres el Justo;
en medio de tanta idolatría, la humanidad,
en algún rincón de la tierra,
siempre ha mantenido vivo
un culto sincero hacia ti.
Gloria a Dios…
Jesús Maestro…
María, Reina…
Santos Pedro y Pablo…
VVai alla preghiera
Dios entrega la Ley a Moisés: quien la cumple se dispone a recibir la revelación y la gracia de la redención. Los justos y los patriarcas que aguardan y esperan la redención, consiguen la salvación. De la misma manera, en el desierto, los mordidos de serpientes venenosas quedan
p. 281curados al mirar la serpiente de bronce, elevada por Moisés (cf Éx 20,1-21; Núm 21,4-9).
Bendito seas Padre, Hijo y Espíritu Santo,
tres personas y un solo Dios.
Tú siempre has estado
cerca de la humanidad pecadora y errante,
y has indicado el camino y la esperanza.
La Ley se dio por medio de Moisés,
la gracia y la verdad vinieron
por medio de Jesucristo, el salvador.
Gloria a Dios…
Jesús Maestro…
María, Reina…
Santos Pedro y Pablo…