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XIXVai alla preghiera
La Iglesia, como Jesucristo, es maestra de santidad. Para salvarse es necesario practicar su moral. Se alcanza la santidad viviendo los mandamientos de Dios y los preceptos de la Iglesia, los compromisos de la propia vocación y
p. 293los consejos evangélicos. La Iglesia lo conserva, propone y promueve todo (cf He 2,42-47; 4,32-35).
Bendito seas, Maestro Divino,
que, en la Iglesia y con la Iglesia,
sigues siendo mi camino.
El que te sigue, camina hacia el cielo.
El que se aleja, se pierde:
no escucha ni a la Iglesia,
ni a ti, ni al Padre.
Bendita la voz de la madre Iglesia
para con sus hijos.
Que todos los hijos pródigos
resuciten y regresen al Padre y a su madre.
Gloria a Dios…
Jesús Maestro…
María, Reina…
Santos Pedro y Pablo…
XXVai alla preghiera
La Iglesia, en Jesucristo, es maestra de oración y de vida espiritual. Ella ha recibido y administra los sacramentos. El bautismo da la vida, la confirmación le da nuevo vigor, la reconciliación la restaura, la eucaristía la alimenta, la unción de los enfermos la completa, el matrimonio funda la sociedad civil, el orden sacerdotal garantiza la continuidad de la Iglesia (cf 1Cor 14,1-25).
p. 294Te doy gracias, Maestro divino,
autor de los sacramentos
administrados por la Iglesia.
En ellos tú actúas con tu fuerza divina.
Por ellos vivimos y actuamos en ti,
como el sarmiento vive de la vid
y produce frutos por la vid.
Por ellos somos tu gozo eterno.
Gloria a Dios…
Jesús Maestro…
María, Reina…
Santos Pedro y Pablo…