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XXIXVai alla preghiera
Al final de los tiempos todos resucitarán, cada uno según su destino. Entonces se realizará la separación definitiva.
p. 302Aparecerá el Juez; todo se hará manifiesto, y se oirá la sentencia final: «Venid vosotros, benditos de mi Padre, heredad el reino de mi Padre», «Apartaos de mí, malditos; id al fuego eterno». Los justos irán a la vida; los malos al castigo eterno. Epílogo de la historia humana, día del Señor, de verdad y de justicia (cf Mt 25,31-46).
Medito, Maestro divino,
tus palabras eternas.
La misericordia y la fidelidad de Dios
serán glorificadas;
será exaltada la redención
y reconocidos los merecimientos
de los elegidos;
los malos quedarán confundidos.
Considero los deberes sociales:
«Cada vez que lo hicisteis
con uno de estos mis humildes hermanos,
conmigo lo hicisteis».
Gloria a Dios…
Jesús Maestro…
María, Reina…
Santos Pedro y Pablo…
XXXVai alla preghiera
La redención llega a las personas a través de los hombres. Sacerdocio jerárquico, religiosos, religiosas, laicos,
p. 303cooperadores de la misión. «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Id…» (Jn 20,21; Mc 16,15). La Iglesia reúne y apacienta a las ovejas y a los corderos para conducirlos amorosamente al redil del cielo. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (cf 1Tim 2,3-7).
Maestro Divino,
manda buenos trabajadores a tu mies.
Sigue siendo mucha.
Jesús, apóstol del Padre, hazme sentir
los latidos de tu corazón:
que haya un solo rebaño y un solo pastor.
Apostolado de la vida interior,
del sufrimiento y de la oración,
del ejemplo y de la comunicación social,
de la palabra y de las vocaciones;
apostolado del amor en la verdad.
Suscita, oh María, un intenso anhelo
de salvación, en Cristo y en la Iglesia.
Gloria a Dios…
Jesús Maestro…
María, Reina…
Santos Pedro y Pablo…
Se canta o reza el Credo.