Menu

pagina: 379

Pablo apóstolVai alla preghiera

Pablo amigo, Pablo hermano,
Pablo apóstol, Pablo pobre,
que fuiste aguijón de ateos

p. 378

y crisol para almas nobles.
Pablo, que solo sabías
hablar de Cristo a los hombres.
Pablo, perseguidor y perseguido.
Pablo, conquistador y conquistado.
Pablo, de los gentiles y judíos.
Pablo, por el amor encarcelado.

Una voz te despertó
cuando estabas derrotado:
«Pablo, ¿por qué me persigues?
Soy Jesús resucitado».
Y de pronto, te encaminaste
de vuelta sobre tus pasos,
y en los que ibas persiguiendo
descubriste a tus hermanos.

Si camino de Emaús
alumbró a decepcionados,
Cristo quebró tu ceguera
de camino hacia Damasco.
Y del mundo fuiste luz,
pues fue tu vida reflejo
de la vida que Jesús
predicó en el evangelio.

p. 379

¿Cómo has logrado, Señor?Vai alla preghiera

¿Cómo has logrado, Señor,
este cambio nunca visto:
de Saulo, el perseguidor,
en Pablo, heraldo de Cristo?

p. 379

Pablo muele en su Molino
el Antiguo Testamento,
Cristo le sale al camino,
le arrastra en su seguimiento.

Siempre la Iglesia recibe,
como un eco del Señor,
las cartas que Pablo escribe,
dictadas por el amor.
Infatigable viajero,
recorres la tierra entera,
apóstol y misionero
hasta el fin de tu carrera.

Como una flecha bruñida,
vas a la meta, de suerte
que solo Cristo es tu vida,
y una ganancia la muerte.
Descúbrenos la Victoria
de Jesús crucificado,
para compartir la Gloria
del Señor resucitado. Amén.

p. 380